"Para que esta nación no se anime contra España, antes bien procure cultivar la buena correspondencia con ella ", no por ello descartará dicha amenaza y, de ahí, la restructuración fortalecimiento del ejército de tierra, aunque en 1751 reconoce que "proponer a V. M. tenga iguales fuerzas de tierra que las de Francia... sería delirio pues ni la población de España lo permite ni el erario puede suplir tan formidables gastos.... pero proponer que no se aumente el ejército y no se haga una decente marina, sería querer que España continuase subordinada a Francia por tierra y a Inglaterra por mar"
Con este discurso, el Marqués de la Ensenada denota los primeros síntomas de necesidad de independencia con respecto al resto de potencias ilustradas. La instrucción en construcción de navíos y formación de marines será fundamental en este primer periodo ilustrado
El Reinado de Felipe V y Fernando VI se enmarca dentro de los denominados borbones reformadores
moderados de las ideas del país. Su periodo comprende desde 1700 hasta la
llegada al reinado de Carlos III en 1759.
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La Hermandad de San Casiano dedicó su vida al culto de San Casiano (patrón de Jesuítas). Su principal campo de intervención fue en la educación. |
El periodo de renovación comienza por legislas en la enseñanza
primaria sobre los maestros, redactar las Ordenanzas de la Hermandad de San
Casiano (“Novísima Recopilación”). En la secundaria se crea el Real Seminario
de Nobles de Madrid (1725) encomendado a los jesuitas aunque con una influencia
francesa notable. Para la enseñanza superior se crea la Universidad de Cervera
(1717) infundandos por el espíritu cervariense y menendepalayismo. También, se
regulan las oposiciones a cátedras y se crean nuevas instituciones: Academia
Española de la Lengua (1713), de Medicina (1732) y de Historia (1738) así como
la Biblioteca Nacional en 1716. Además, desde su interés por la relojería llegó
a llamar a Jean-Bernard Bourgeois para establecer una escuela dedicada a dicha
profesión, pero tan sólo duró unos años (1740 – 1747).
El principal objetivo del primer monarca borbón era ir
introduciendo (con miedo) los nuevos aires de pensamiento procedentes de Europa
pero manteniendo la confianza de la formación en la Hermandad de San Casiano
hasta 1743. Para ello le concede unos privilegios como el de examinar a los
aspirantes a la profesión. No obstante, la realidad era que los maestros eran
mediocres y el contenido de la enseñanza era reducido a un catecismo de
memoria, lectura y escritura mecánica con unas pobres nociones de aritmética y
urbanismo, junto con la Historia de la nación. Estos aspectos los recoge Fernández
Patino en su libro “Origen de las ciencias” (1753). Más adelante la Provisión
de 1771 reglamenta la profesión pero no añade nada nuevo y como indicábamos en
la entrada anterior prohibía la coeducación.
Por otra parte, crea en función de sus intereses el
Seminario de Nobles que estaría instruido por jesuitas para educar a alumnos
descendientes de la Nobleza notoria (de 8 a 15 años). Iban con uniforme
militar, de color negro, con banda de carmesí y entre sus obligaciones
principales estaban las de aprender latín, hebreo, poética, retórica y
filosofía moral. En él también tomaban clases los hijos de los reyes pero de
forma individualizada y más intensa.
En cuanto al reinado de su primogénito Fernando VI, se rodeó de unos ministros que aunque fueran
conservadores en sus ideas, sin embargo observaban la gran decadencia del País.
El Marqués de la Ensenada, ministro político de Guerra, de Hacienda y Marinas
junto con José de Carvajal redactan la Representación
de 1747 para abolir las rentas provinciales por ahorrar gastos superfluos
exclamando sus intenciones:
“Lo que se llamaba alcabala, cientos, millones, jabón, servicio y montazgo, hierbas y otras…, que vulgarmente se comprenden bajo el nombre de millones, se atribuye, con justa razón, la pobreza del reino, despoblación y decadencia de las manufacturas. Esta evidencia a inducido a varios vasallos fieles a demostrar el gran bien que resulta a la Monarquía abolir las mencionadas rentas; y subrogar en su lugar una sola contribución…. La sola contribución, llamada real, catastrato o capitación, tiene por fin que cada vasallo pague a proporción de lo que tiene, siendo fiscal uno de otro para que no se haga injusticia ni gracia”.
El camino que ya avanzaban estos políticos era de vital
importancia para el entorno educativo de las familias, de hecho, llegaron a
establecer una gran importancia a la producción de navíos. Por tanto, el
interés por la educación (sobre todo en la formación profesional y técnica)
estaba ya presente. La idea del Marqués de la Ensenada era incorporar un plan
de estudios de nuevas cátedras. En este periodo también se funda la Academia de
Nobles de Artes de San Fernando (1752) que dicta nuevas normas estéticas y la
de Buenas letras de Barcelona (1751) y en Sevilla (1752).
Lo cierto es que se logran grandes avances. El principal
aspecto, que ya conocemos es el de una educación que pasa a manos del Estado, a
pesar de mantener los privilegios a la orden jesuita. Ciertamente, tenía su
lógica, la falta de profesorado competente y bien formado impedía la existencia
de maestros seglares. No obstante la educación universitaria fue reformada a
fondo. Se crean nuevas instituciones educativas dedicadas a la educación
superior con el nombre de colegios mayores como el Colegio de Minería y sobre
todo la creación de nuevas academias científicas.
En realidad, las únicas pretensiones, más allá de incorporar
el nuevo pensamiento, era el intento por parte de los monarcas para recuperar
la hegemonía comercial y militar de España y por otra parte defender y explorar
sobre los recursos coloniales. Por tanto, la educación que se proponía no era
del todo para favorecer la formación de los individuos. A pesar de impartirles
algo de cultura y formación, las personas con acceso a la educación seguían
siendo súbditos de los intereses del Estado y la religión.
Más allá de poner en tela de juicio los intereses de clases,
las nubes parecían dejar paso a la luz del sol, de las ideas, a una nueva
mentalidad que abría camino con estos monarcas y dejaban el principal peso a su
heredero; el reinado de Carlos III.
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enseñanza secundaria en el siglo XVIII. Revista de educación(número
extraordinario) del Ministerio de Educación y Ciencia, 225-243.
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Ochagavía, D. (1962). El Marqués de la Ensenada,
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