domingo, 25 de febrero de 2018

"Doce hombres fueron suficientes para propagar el cristianismo, sólo uno es capaz de destruirlo" (Rousseau, 1762)


"Por mas absurda que pueda ser una religión, nunca son los filósofos quienes la destruyen aun cuando enseñen la verdad, se contentan con mostrarla, sin forzar a nadie a reconocerla; tal poder sólo pertenece al Ser Todopoderoso: son los hombres inspirados quienes iluminan al pueblo y los exaltados quienes lo extravían. La religión puede sacar muchas ventajas en la filosofía, no se trata de poner freno a la libertad que permite un Dios, pero si de dar otras opciones para creer en la verdad, que no es una ni absoluta solo se trata de demostrarla, desde los teólogos de la ciencia" 

(Discurso preliminar de la Encilopedia, D´ Alambert).



Con esta frase comienza el discurso preliminar de la Enciclopedia. Se trató del primer libro para los hombres, sus progresos científicos, alejados de todos los principios clásicos y religiosos; era el único libro al que el ser humano tenía que acceder para descubrir su verdadera naturaleza. Con ella, se inicia un periodo en el que grandes intelectuales y personas del saber se reúnen para dar un giro a la historia y emprender un nuevo rumbo que daría paso al movimiento de la Ilustración.

La Ilustración es un movimiento de renovación política, social, pedagógica con unos principios claros: emplear la razón como único método para explicar la naturaleza del ser humano y la del propio mundo. Así, para los grandes pensadores ilustrados la razón era un instrumento dinámico, que daba orden y coherencia al mundo a través de los sentidos. El nuevo movimiento comienza en Francia con las ideas sobre la razón de Descartes, hasta la crítica de la misma razón por Kant. Paralelamente en Inglaterra y Alemania también se viven modernizaciones del pensamiento.

A través de una serie de físicos, matemáticos, empiristas y naturalistas se intentaron explicar las leyes por las que se rigen las sociedades humanas, que no vienen dadas por Dios, si no por el mundo material (lo terrenal, desde los hombres).

Entre los principales autores de la Enciclopedia, destacan Montesquieu que aporta al mundo la idea de que es el hombre quien debe construir la sociedad teniendo en cuenta los errores de su pasado y gracias a esa crítica, podrá llegar a la inteligencia superior, al conocimiento de las leyes. Voltaire, defendía la existencia de Dios, pero al igual que su camarada observó que los hombres debían conocer su historia para saber cómo actuar en su presente.

A su vez, hay que tener en cuenta el empirismo inglés, basado en la experiencia. David Hume, basa su idea en que el ser humano toma sus decisiones desde los sentidos, lo que importan son las impresiones y cómo nos sentimos respecto a una conducta, por esa razón no es posible demostrar la inexistencia de Dios. Hume toma como legado el experimentalismo de Isaac Newton y los principios del empirismo inglés por Hobbes y Locke (el conocimiento se escribe con nuestras experiencias.

Sin embargo, Rousseau determinará los principios de la pedagogía moderna. Fue en contra de sus contemporáneos, asegurando que el hombre debía determinar en conjunto una constitución garante para el pueblo porque confiar en un rey (o presidente) podría ser nocivo. Será el precedente del pensamiento del siglo XIX y de la pedagogía moderna porque atacará al intelectualismo de la época creando los ideales de la nueva democracia. Rousseau defiende sus ideas desde el naturalismo (frente al racionalismo de esta época). En sus obras expone la importancia de la personalidad, el sentimiento; critica la sociedad estructurada y da una gran importancia a la educación cuyos fines son la felicidad y la justicia. Sin embargo, todo este pensamiento, que recogen la esencia de “La república” de Platón  (la sociedad justa, el hombre justo) fueron fundamento de un optimismo pedagógico utópico ya que se vio frustrado en gran medida por la llegada de la Revolución Francesa (1789).

Por tanto, los principales referentes tuvieron su origen con:

-          La razón (racionalismo) de Descartes.
-          La experiencia (experimentalismo) de Locke.

Ambas corrientes proponían el afán de llegar a ideas claras, basadas en la evidencia (razón) o experiencia (empirismo). Dichas corrientes conectaron muy bien con las actualizaciones que hicieron los ilustrados en Francia, Inglaterra y Alemania porque sobre todo se trató de una reforma que iba de arriba-abajo, es decir, desde el poder valiéndose la confianza de los grandes reyes, hasta llegar al pueblo.

Entre las principales reformas que se propusieron:

  • La religión natural o deísmo sustituye a la religión divina en todos los aspectos sociales. Todo lo que no se puede demostrar se suprime y para controlar a la religión aparecerá la Masonería en 1717.


  • Las ideas de liberalismo de los ilustrados franceses e ingleses contribuyen a la creación de un estado basado en la división de poderes, en la soberanía popular en la que la educación juega un papel primordial como instrumento de propaganda.


  • El latín (lengua de la cultura) deja ser el idioma de estudio. Ahora el inglés y el francés se abren hueco.


  • La cultura y la educación deben ser secularizadas (en manos del Estado) y no en manos de la religión.


  • La pedagogía es racionalista. Según esta doctrina, el recto conocimiento de las cosas dará lugar a las buenas costumbres y a la felicidad universal (siguiendo los preceptos de Sócrates).


La ilustración contribuirá a la escuela difundiendo las ciencias útiles; creando academias de nobles, escuelas “reales” sobre todo de artes y oficios. Sin embargo no será hasta la Revolución Francesa donde se crea el concepto moderno de escuela e inauguración de la moderna legislación escolar que servirá como referente para toda Europa y en concreto, para España.

Bibliografía:


Guerrero, E. (1985). Historia de la Educación en España. Tomo I. Del Despotismo Ilustrado a las Cortes de Cádiz. Breviarios de Educación. Ministerio de Educación y Ciencia. Secretaría General Técnica: Madrid


Llopis, J. y Carrasco, M.V. (1986). Ilustración y Educación en la España del siglo XVIII.  Universidad de Valencia: Valencia.

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