"Por mas absurda que pueda ser una religión, nunca son los
filósofos quienes la destruyen aun cuando enseñen la verdad, se contentan con
mostrarla, sin forzar a nadie a reconocerla; tal poder sólo pertenece al Ser
Todopoderoso: son los hombres inspirados quienes iluminan al pueblo y los
exaltados quienes lo extravían. La religión puede sacar muchas ventajas en la
filosofía, no se trata de poner freno a la libertad que permite un Dios, pero
si de dar otras opciones para creer en la verdad, que no es una ni
absoluta solo se trata de demostrarla, desde los teólogos de la ciencia"
(Discurso preliminar de la Encilopedia, D´ Alambert).
Con esta frase comienza el
discurso preliminar de la Enciclopedia. Se trató del primer libro para los
hombres, sus progresos científicos, alejados de todos los principios clásicos y
religiosos; era el único libro al que el ser humano tenía que acceder para descubrir
su verdadera naturaleza. Con ella, se inicia un periodo en el que grandes
intelectuales y personas del saber se reúnen para dar un giro a la historia y
emprender un nuevo rumbo que daría paso al movimiento de la Ilustración.
La Ilustración es un movimiento
de renovación política, social, pedagógica con unos principios claros: emplear
la razón como único método para explicar la naturaleza del ser humano y la del
propio mundo. Así, para los grandes pensadores ilustrados la razón era un
instrumento dinámico, que daba orden y coherencia al mundo a través de los
sentidos. El nuevo movimiento comienza en Francia con las ideas sobre la razón de
Descartes, hasta la crítica de la misma razón por Kant. Paralelamente en
Inglaterra y Alemania también se viven modernizaciones del pensamiento.
A través de una serie de físicos,
matemáticos, empiristas y naturalistas se intentaron explicar las leyes por las
que se rigen las sociedades humanas, que no vienen dadas por Dios, si no por el
mundo material (lo terrenal, desde los hombres).
Entre los principales autores de
la Enciclopedia, destacan Montesquieu que aporta al mundo la idea de que es el
hombre quien debe construir la sociedad teniendo en cuenta los errores de su
pasado y gracias a esa crítica, podrá llegar a la inteligencia superior, al
conocimiento de las leyes. Voltaire, defendía la existencia de Dios, pero al
igual que su camarada observó que los hombres debían conocer su historia para
saber cómo actuar en su presente.
A su vez, hay que tener en cuenta
el empirismo inglés, basado en la experiencia. David Hume, basa su idea en que
el ser humano toma sus decisiones desde los sentidos, lo que importan son las
impresiones y cómo nos sentimos respecto a una conducta, por esa razón no es
posible demostrar la inexistencia de Dios. Hume toma como legado el experimentalismo
de Isaac Newton y los principios del empirismo inglés por Hobbes y Locke (el
conocimiento se escribe con nuestras experiencias.
Sin embargo, Rousseau determinará
los principios de la pedagogía moderna. Fue en contra de sus contemporáneos,
asegurando que el hombre debía determinar en conjunto una constitución garante
para el pueblo porque confiar en un rey (o presidente) podría ser nocivo. Será
el precedente del pensamiento del siglo XIX y de la pedagogía moderna porque
atacará al intelectualismo de la época creando los ideales de la nueva
democracia. Rousseau defiende sus ideas desde el naturalismo (frente al
racionalismo de esta época). En sus obras expone la importancia de la
personalidad, el sentimiento; critica la sociedad estructurada y da una gran
importancia a la educación cuyos fines son la felicidad y la justicia. Sin
embargo, todo este pensamiento, que recogen la esencia de “La república” de
Platón (la sociedad justa, el hombre
justo) fueron fundamento de un optimismo pedagógico utópico ya que se vio
frustrado en gran medida por la llegada de la Revolución Francesa (1789).
Por tanto, los principales
referentes tuvieron su origen con:
-
La razón (racionalismo) de Descartes.
-
La experiencia (experimentalismo) de Locke.
Ambas corrientes proponían el
afán de llegar a ideas claras, basadas en la evidencia (razón) o experiencia
(empirismo). Dichas corrientes conectaron muy bien con las actualizaciones que hicieron los ilustrados en Francia, Inglaterra y Alemania porque sobre todo se trató de una
reforma que iba de arriba-abajo, es decir, desde el poder valiéndose la
confianza de los grandes reyes, hasta llegar al pueblo.
Entre las principales reformas
que se propusieron:
- La religión natural o deísmo sustituye a la religión divina en todos los aspectos sociales. Todo lo que no se puede demostrar se suprime y para controlar a la religión aparecerá la Masonería en 1717.
- Las ideas de liberalismo de los ilustrados franceses e ingleses contribuyen a la creación de un estado basado en la división de poderes, en la soberanía popular en la que la educación juega un papel primordial como instrumento de propaganda.
- El latín (lengua de la cultura) deja ser el idioma de estudio. Ahora el inglés y el francés se abren hueco.
- La cultura y la educación deben ser secularizadas (en manos del Estado) y no en manos de la religión.
- La pedagogía es racionalista. Según esta doctrina, el recto conocimiento de las cosas dará lugar a las buenas costumbres y a la felicidad universal (siguiendo los preceptos de Sócrates).
La ilustración
contribuirá a la escuela difundiendo las ciencias útiles; creando academias de
nobles, escuelas “reales” sobre todo de artes y oficios. Sin embargo no será
hasta la Revolución Francesa donde se crea el concepto moderno de escuela e inauguración
de la moderna legislación escolar que servirá como referente para toda Europa y
en concreto, para España.
Bibliografía:
Llopis, J. y Carrasco, M.V. (1986). Ilustración y Educación en la España del siglo XVIII. Universidad de Valencia: Valencia.
Bibliografía:
Guerrero, E. (1985). Historia de la Educación en España. Tomo I. Del Despotismo Ilustrado a las Cortes de Cádiz. Breviarios de Educación. Ministerio de Educación y Ciencia. Secretaría General Técnica: Madrid
Llopis, J. y Carrasco, M.V. (1986). Ilustración y Educación en la España del siglo XVIII. Universidad de Valencia: Valencia.